Perdimos la luna
Entre los pasos que dan lugar al firmamento,
- ¿Dónde?
Entre la belleza de los campos,
La algarabía de los civiles nos hizo perder el norte
Y sucumbimos entre los ruidos de la risa.
La noche oscura como nunca antes en los cielos inmensos,
La borrosa figura del ocaso como un sueño antiguo,
La barbarie de los montes y el tono de crimen que daban mis ojos,
Sentía el peso de la culpa en todo el cuerpo.
Y sin embargo yo no tenía ni un atisbo de su encuentro,
No recordaba su nombre,
No eran esos mis tesoros.
El abismo dejó la noche.
Fue definitivo,
Pero no logré prender mi muerte,
No estampé en sus alas el recuerdo de un sueño.
¡¡Una exclamación haría chispa!!
Y tan cansado estaba el aire para hace combustión con mis pesares…
Ninguna piedra salida en los suburbios,
Si no hay aire para correr hacia tus brazos
Se nos va el corazón de los caminos.
Y la tierra emanaba despedidas, como un recuerdo que se extinguía hasta callarse
¿Y donde quedó la nubia que acicalaba nuestro pelo?
¿Y esos cráteres destemplados?
¡Serán de aquellos que quisieron tocar el cielo!
Manchados de otoños y hojas
El rey herido muere en los caminos.
De hojalata serán las recompensas
Todo un claustro de verdades
Extrañas al señor de los abismos.
Sombras que se nutren de semillas
Desviadas por el sol injusto.
Se torcerán sin ver la hembra pálida.
Se engendrarán en una tierra sin madre:
Sólo porque no la encontraste
Viajero de noches vacías.
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