lunes, 20 de noviembre de 2006

Reencuentro

Reencuentro.

Volví los ojos, estabas sentida en ti misma
Escondiendo tus ojos claros
Perdida en el silencio de los árboles
¡Oscura tenaza que acampa tu alma!
Debería romper tu cráneo de ideas lógicas
Ofrecerlo al sol que inunda mis manos
¡Para así rescatar tu risa en el momento justo!
Con una recompensa de días y días sentado
Observando mis preguntas como un paisaje

Y revivirte desterrada del mundo.
Contemplar el río, la montaña, el pequeño suspiro de las hojas
El amarillo de los días.
Los ojos que plagan el firmamento, tu nombre escrito en todas partes!
Esconder los faroles, quedarnos a oscuras.
Esperar la mañana y morir con ella.
Para escalar tú brisa, esperar las flores del otoño.

Corregir el rumbo y seguir las estrellas de tu propio corazón.
¡Ya no existe la Osa Mayor! Solo cambian sus sonidos.
Los pájaros miran el crujir travieso de la cama y se esconden.
Ya no hay estrellas alma mía.
Sólo café añorante, semanas inútiles sin playa.

Y morir viejos
Esperar el despertar frío de tu cuerpo
¡Jubilar de amor! Esperanzar tu rostro con flores nuevas.
Llenarte de himnos, discursos agradables
Apagar la luz de los ríos.
Sentir la mañana entre los campos
Aprendiendo a dejar huellas en la noche.

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