La noche
Ese deseo inabordable de caminar despacio
De pensar en un segundo la palabra que escuchó mi abismo
La noche, ese recuerdo imborrable de distancias
Ese juego en que nacimos
Donde vagamos sin saberlo
Y una mirada basta para saber si el tiempo
Correrá en tirabuzones
O se cambiara de sueño
O si simplemente sobra
Solo se que caminamos
Que me despiertas tanto
Y el campo se ahonda al vernos perdidos
Somos nuevos
Capullos de asombro esparcidos por el mundo
Por el surco inexistente que desgasta las praderas
Que enfoca nuestros rostros hacia un solo despertar
Y erguidos, santos crepúsculos del día
Detenidos en el tiempo
Sobrados del silencio
Sentimos el suspenso de la vida
Llenamos de rocío la arboleda
Y fuimos dos en un camino.
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